En la Universidad Politécnica de Colonia (Alemania) se está restaurando actualmente un rollo de papiro del antiguo Egipto que data de hace 2.300 años. Tiene unos 4,70 metros de longitud y se le considera muy valioso por existir sólo entre cien y ciento cincuenta de sus características en todo el mundo.
Así que no sorprende el gran cuidado con el que actúan el catedrático Robert Fuchs, experto en la restauración del papel, y sus estudiantes. Hace dos semanas empezaron a desenrollarlo, usando, para evitar que se desmigaje, un aparato portátil denominado cámara de humedad, que también se ha aplicado en España, además de vapor de agua y algo de disolvente especial. No acabaron hasta el lunes pasado.
Desde entonces, el equipo analiza las inscripciones, que reflejan mensajes que se envían al difunto como parte del ajuar funerario para facilitar su camino hacia el más allá. Según explica el responsable del equipo, la muerte no era ningún tabú para los egipcios, que ya en vida se ocupaban de su entierro.
El estado de conservación del papiro es especialmente bueno, ya que del aceite que se vertía al enterrar las momias sólo se observan algunas manchas en los bordes. El experto añade con orgullo que en toda su vida sólo había podido realizar hasta ahora una tarea semejante en otra ocasión.
El rollo pertenece a un marchante particular que se lo ha comprado a un arqueólogo inglés. Su valor se estima en varios millones de euros. Tras su restauración, el propietario decidirá qué sucede con el papiro, pero parece que se expondrá en un gran museo, que prefieren no identificar.
El catedrático Robert Fuchs observa las inscripciones del papiro, de 2.300 años de antigüedad
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