Himno a Isis

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domingo, 1 de noviembre de 2015

Campaña de otoño en un país de leyenda. Arqueólogos alemanes vuelven a protagonizar descubrimientos extraordinarios en un templo de Heliópolis

En la primavera pasada los arqueólogos de la Universidad de Leipzig anunciaron con entusiasmo lo que habían sacado a la luz bajo un vertedero en la antigua Heliópolis, una de las ciudades más legendarias del antiguo Egipto y que lleva siglos enterrada. Ahora están otra vez en el país del Nilo y han vuelto a tener suerte, nada menos que en la mitad del templo que en primavera había arrojado aquellos resultados inesperados.
El equipo está dirigido por el conservador del gran museo arqueológico de Leipzig, Dietrich Raue. Su objetivo era ampliar las excavaciones empezadas hace unos meses y que habían descubierto por casualidad indicios del templo del faraón Nectanebo I (380- 363 a.C.).
Entre los fragmentos de gran valor que ahora han hallado se encuentran bloques de basalto bien conservados del siglo IV a.C., que nombran a un dios solar y a la diosa Hator. Por primera vez se han localizado además partes de columnas de un templo de finales del siglo II a.C. que hasta ahora no se conocía.
Heliópolis fue uno de los centros religiosos más importantes de Egipto durante más de 2.500 años. No obstante, dada su problemática ubicación en El Cairo actual, buena parte del templo no ha sido estudiada en absoluto. La importancia de la institución residía en que los egipcios creían que el mundo se creó en aquel lugar y que allí estaba la residencia terrenal del dios sol.
La verdad es que cada rincón proporciona una sorpresa, como por ejemplo fragmentos de basalto de una representación geográfica, en la que se muestran todas las regiones del país junto a la deidad que personifica la inundación del Nilo. Los hallazgos se van llevando al museo al aire libre que se encuentra junto al obelisco heliopolitano, donde reciben el tratamiento adecuado. Se han encontrado además partes de columnas de calcita con el nombre del propio Nectanebo I.
Gracias a la profusión de piezas, se puede dar ya por seguro que los bloques no fueron trasladados aquí desde otra zona y, con ello, se puede delimitar por primera vez una edificación concreta dentro del recinto de Heliópolis. Los investigadores han dado también con fragmentos de esfinges de granito rojo y con fragmentos de una estatua de Merenptah (siglo XIII a.C.) cuya parte superior había aparecido en primavera.
En un extremo de la zona de excavación se han encontrado fragmentos de columnas de casi dos metros de diámetro y correspondientes a un templo de finales del siglo II a.C. En la misma ubicación se han localizado indicios de actividades de artesanía que datan de aproximadamente el año 1.250 a.C., concretamente pigmentos de color y alabastro.
Una segunda pasada por la parte sur del yacimiento también ha resultado fructífera, puesto que se ha descubierto una sección de un templo en la que se observan talleres con gran número de hornos, algunos en un estado de conservación extraordinario, los más antiguos de los cuales corresponden al siglo II a.C.
Los resultados suponen que se gane tiempo frente a la espada de Damocles que siempre pende sobre Heliópolis: el peligro de que, en su expansión, la metrópolis de El Cairo acabe devorando estos yacimientos. Por ello, las excavaciones han recibido tanto el reconocimiento oficial como financiación procedente de los fondos con los que EEUU contribuye a las actuaciones arqueológicas de emergencia.
Además del arqueólogo-jefe alemán y de un responsable del ministerio de antigüedades, en la excavación han participado diez arqueólogos y restauradores egipcios, varios egiptólogos alemanes y un pintor holandés. En campañas futuras se pretende continuar explorando una serie de construcciones que han sido localizadas a 3,5 metros de profundidad por un equipo polaco.

Zona de excavación del templo de Nectanebo

http://www.l-iz.de/bildung/forschung/2015/10/leipziger-archaeologen-machen-wieder-aussergewoehnliche-funde-im-tempel-von-heliopolis-113021

Representación de un dios solar como niño alrededor del año 380 a.C.


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