Auguste Mariette |
En El Cairo se acaba de reencontrar un depósito de documentos históricos de la Organización de Antigüedades Egipcias (hoy Consejo Superior de Antigüedades) de los siglos XVIII y XIX. Parece que se trata de los documentos más antiguos de la historia del Ministerio de Antigüedades, y han sido hallados por casualidad en un almacén de la Administración.
El conjunto incluye correspondencia entre los dirigentes de la época de la Organización de Antigüedades Egipcias, tales como Jacques de Morgan (arqueólogo francés), Gaston Maspéro (también francés, y el primero que logró la aprobación de leyes contra el saqueo arqueológico) y Pierre Lacau (igualmente francés, filólogo, que fue Director de Antigüedades entre 1914 y 1936), por una parte, y los arqueólogos extranjeros que estaban trabajando sobre el terreno en aquel momento, como por ejemplo Carter, Petrie y Legrand.
Hay mapas de 1921 de las necrópolis tebanas y de 1904 del desierto oriental, así como documentos de las familias egipcias Fayyed y Gabry, célebres por su participación en el mercado de antigüedades de la época. Hay diagramas arquitectónicos de museos (Guiza, Bulaq, Tahrir) y ficheros de la Sociedad de Exploración de Egipto y del Instituto Francés de Estudios Orientales sobre sus actuaciones en la ciudad de Tanis y en Pi-Ramsés, el templo de Karnak y el yacimiento heliopolitano de Matariya. También hay documentos sobre las excavaciones de Petrie en Heliópolis en 1911, y fotos y descripciones minuciosas del zodiaco de Dendera y del templo de Kalabsha.
Entre lo hallado se encuentran además legislación sobre las obras arqueológicas, en la que se regula el reparto de lo encontrado entre el Estado egipcio y los excavadores extranjeros, e informes en varios idiomas distintos sobre proyectos de excavación que se realizaron durante el siglo XVIII.
Como es sabido, antes de mediados del siglo XIX no existía normativa alguna sobre el comercio de antigüedades egipcias, lo que supuso que las piezas, fueran estatuillas, joyería, relieves e incluso monumentos completos, se sacaran a millares de sus ubicaciones originales y se enviaran a museos y coleccionistas privados de todo el mundo.
Fue el gobernador Mohamed Alí quien procedió en 1835 a prohibir la exportación libre de antigüedades y estableció un edificio concreto de El Cairo como almacén de piezas arqueológicas. Por supuesto, esto no acabó con la costumbre de los distintos dirigentes egipcios de regalar piezas a mandatarios extranjeros.
En 1858 se creó el Servicio de Antigüedades para luchar contra el tráfico ilegal; durante casi un siglo completo, siempre estuvo dirigido por franceses, hasta que en los años 50 del siglo XX, cuando los británicos abandonaron Egipto, el Servicio pasó a estar bajo control de los egipcios. En 1994, por decreto presidencial de Mubárak, el Servicio se transformó en el Consejo Superior de Antigüedades.
Y es el Censo de Antigüedades Egipcias del propio Consejo, enmarcado en el Ministerio, el que ahora se encargará de analizar, en su caso restaurar, y en todo caso archivar la documentación que felizmente se acaba de reencontrar.
Fotos: Consejo Superior de Antigüedades
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