Himno a Isis

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miércoles, 23 de diciembre de 2015

Arranca en Polonia el mayor estudio mundial sobre momias

Este martes, un grupo de especialistas polacos en arqueología y bioarqueología ha inaugurado un proyecto que analizará aproximadamente cuarenta momias con el objetivo de arrojar luz sobre las enfermedades que afligían a los antiguos egipcios.

El Proyecto Multidisciplinar de Investigación sobre Momias “Varsovia” se lleva a cabo en cooperación con el Museo Nacional de Varsovia, que ha permitido que en el marco de esta iniciativa se estudien una serie momias de sus fondos en lo que, por la amplitud de disciplinas integradas y el número de muestras analizadas, es el mayor estudio concertado sobre el asunto en el mundo.

Otros estudios multidisciplinares anteriores habían tenido lugar en el Reino Unido, Estados Unidos y el Canadá, e incluso ya en 2001 se llevaron a cabo análisis sistemáticos a una serie de momias en la ciudad polaca de Cracovia, pero los autores del proyecto destacan que el actual se distingue por su intención de desarrollar técnicas y pruebas médicas nuevas que hasta la fecha no se han aplicado en momias.

Los investigadores van a analizar momias tanto de personas como de animales, y en un primer momento de lo que se tratará es de aclarar si cada momia es auténtica, ya que es bien conocido que, sobre todo en el caso de momias de animales, en los fardos hay a menudo sólo partes sueltas del animal en cuestión, porque esas momias se producían en masa para venderse a los peregrinos, que las presentaban en los templos como objetos votivos a los dioses.

El estudio se centrará en cuestiones relacionadas con la especie, el sexo y la edad de cada momia, pero sobre todo permitirá encontrar restos de enfermedades de la antigüedad, como las óseas, los trastornos metabólicos, los males infecciosos, los accidentes vasculares, los parásitos y, por supuesto, el cáncer en sus diversas formas.


Así pues, los estudiosos afirman que la aplicación de la ciencia moderna a materiales del antiguo Egipto permitirá no sólo satisfacer la curiosidad científica que despiertan los misterios del pasado, sino que también tendrá beneficios evidentes, porque se estudiarán males que siguen afectando a la humanidad hoy en día.
Tanto es así que en sus primeras fases, en la ciudad de Otwock, los especialistas que participan en el proyecto son oncólogos y radiólogos, que hacen uso de tomografías computarizadas y rayos X de última tecnología.
Con posterioridad, las momias volverán al museo de Varsovia, donde se seguirán examinando con la colaboración de la Universidad de Varsovia hasta 2018. Dichas pruebas consistirán en la toma de muestras que, por supuesto, no las dañarán, ya que se usará la laparoscopía. Después esas muestras serán sometidas a estudios muy precisos en laboratorio, incluyendo el análisis de ADN. Por último, las momias volverán a ser expuestas al público en unas instalaciones nuevas creadas a propósito para ellas en Varsovia.
Cabe subrayar que aparte de especialistas polacos también participa el departamento científico de los carabineros italianos, que goza de una experiencia inestimable en el estudio de huellas digitales de las manos y de los pies en restos humanos momificados. El uso de dichas técnicas permite saber el tipo de trabajo realizado por la persona en vida, así como si era diestra o zurda. En ocasiones también se podrá determinar si los cuerpos pertenecen a nubios, egipcios o incluso hititas.
Las momias egipcias llevan sometiéndose a pruebas tomográficas desde los años setenta del siglo pasado, pero hasta ahora sólo se han estudiado en total unos cien ejemplares, lo cual constituye una parte ínfima de los cuerpos que se exponen en todas las colecciones egipcias del mundo.

Los resultados del estudio actual pueden seguirse ya, aunque de momento sólo en polaco, en la página  Warsaw Mummy Project



Comienza la segunda fase del proyecto ScanPyramids

Un equipo integrado por expertos de la Facultad de la Universidad de El Cairo, de la Universidad de Ingeniería de Nagoya en Japón y la organización sin fines de lucro con sede en París, Patrimonio, Innovación y Preservación, ha comenzado la segunda fase del proyecto ScanPyramids, se trata del estudio de exploración de la pirámide del antiguo rey egipcio Snefru en Giza utilizando tecnología de escaneo que utiliza partículas de muones no invasivos.
Después de las sesiones de prueba en noviembre que permitieron al equipo de ScanPyramids calibrar la sensibilidad de las películas de emulsión de muones con el medio ambiente local (temperatura y humedad) en el interior de la pirámide del rey Snefru, Kunihiro Morishima y su equipo de la Universidad de Nagoya acaban de completar la instalación de las placas detectoras de Muon en la cámara inferior de la pirámide.

Unas 40 placas se han colocado dentro de la pirámide en Dahshur, en un intento de capturar partículas cósmicas. La instalación es parte de un ambicioso proyecto con muones o partículas cósmicas, para investigar las principales pirámides de Egipto. El objetivo es detectar la presencia de estructuras y cavidades internas desconocidas dentro de las pirámides y aprender sobre las técnicas de construcción de los monumentos.


El proyecto utiliza una combinación de tecnologías innovadoras como la termografía infrarroja, radiografía de muones, y reconstrucción 3-D para mirar dentro de las cuatro piramides, Khufu o Keops, Kefrén o Kefrén en Giza, la pirámide de Snefru y la pirámide roja en Dahshur. Va a durar un año aproximadamente.

“La primera fase, que se completo el 8 de noviembre de 2015, ya puso de manifiesto la anomalía térmica más importante en la cara este de la Gran Pirámide”, explicó Mehdi Tayoubi, co-director de la misión ScanPyramids con Hany Helal, profesor de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de El Cairo, y el ex ministro de la investigación y la educación superior.
Morishima explica que las películas se componen de 40 placas “normales” que representan una superficie de 3 m2, estas placas contienen dos películas con una emulsión sensible a los muones. Estas películas permitirán la detección de varios tipos de muones, que penetran en la pirámide. También se ha instalado una muestra de placa de “regular” en la Cámara de la reina en la pirámide de Keops con el fin de encontrar la mejor fórmula química de las películas y conseguir la emulsión adecuada para el entorno local en el interior de la Pirámide , como se ha hecho dentro de la pirámide acodada.
“Se espera que la instalación completa de las películas detector de muones dentro de la pirámide de Keops se realice en una etapa posterior en el 2016”, señaló. “El resto de los resultados obtenidos hasta la fecha se darán a conocer en enero de 2016”.




Las partículas de muones vienen naturalmente de las capas superiores de la atmósfera de la Tierra, y se crean a partir de las colisiones de rayos cósmicos con los núcleos de los átomos en la atmósfera.
Morishima dijo que las partículas caen al suelo a casi la velocidad de la luz con una velocidad constante de alrededor de 10.000 por m2 por minuto. Al igual que con los rayos X utilizados para visualizar esqueletos humanos, estas partículas elementales, como los electrones pesados, pueden pasar muy fácilmente a través de cualquier estructura, incluso grandes rocas y montañas. Los detectores colocados en lugares apropiados (por ejemplo, dentro de la pirámide, bajo una cámara posiblemente no detectada) permiten que con la acumulación de muones se pueda discernir las áreas vacías de las zonas más densas y como algunas de las partículas son absorbidas o desviadas. Esta técnica se utiliza especialmente en el estudio de los volcanes.

Fotos: Philippe Bourseiller for HIP.Institute, Egyptian Ministry of Antiquities, Faculty of Engineering Cairo University

Vídeo




Egipto ha recuperado una estela faraónica de Seti I

Egipto lleva ya un tiempo intentando recuperar las piezas arqueológicas extraídas de su país a través de vías ilegales, entre estos objetos se encuentra el fragmento de una estela o trozo de pared, no lo saben todavía, de piedra caliza que mide 43 cm de alto por 67 cm de ancho, esta pieza fue hallada hace un tiempo en Londres y ahora está de vuelta en Egipto.



La talla, está hecha de piedra caliza de color rosado y representa a dos antiguas deidades egipcias, Hathor y Wepwawet, junto al rey Seti I, que gobernó entre alrededor de 1290 aC y 1279 aC.
Los textos jeroglíficos que acompañan a los relieves policromados hacen referencia a las deidades y a la actual ciudad egipcia de Asiut.

Según el Ministerio de Antigüedades, la pieza puede haber sido arrancada de un templo, y se caracteriza porque ninguna excavación oficial ha descubierto un templo de Seti I; la existencia de la estela puede significar que está a la espera de ser descubierto por arqueólogos, claro.

Apertura de la tumba de Maya

El Ministro de Antigüedades Mamdouh el-Damati ha avanzado que abrirá por primera vez al público la tumba de Maya, nodriza del rey Tutankamón, desde que fue descubierta en 1996 en Saqqara por el arqueólogo francés, Alain Zivie,  el domingo 20 de diciembre.
Tutankamón sigue alimentando secretos desde las arenas de Egipto. El ama de crianza del faraón niño y su hermana ¿eran la misma persona? Según las autoridades arqueológicas egipcias, es más que probable.
Mamdouh Damati, Ministro de Antigüedades de Egipto:
“ Al principio pensamos que era una necrópolis para gatos embalsamados de los faraones, pero con ayuda de la misión francesa descubrimos varias tumbas privadas de nobles de la corte faraónica de las dinastías 18 y 19”
Mahmud Afifi, jefe del Departamento Egipcio de Antigüedades del Ministerio, dijo que la tumba de Maya, que está tallada en la roca, es una de las más bellas tumbas de finales de la dinastía. “Su entrada conduce a una cámara principal con cuatro pilares y con una inscripción con su nombre debajo,” dijo. “A la izquierda, hay un pasillo que conduce a la cámara funeraria. Fue utilizada como cementerio para gatos en la época greco-romana “.  
Alain Zivie, Arqueólogo:
“ Esta es una aventura que se ha prolongado durante muchos años. Descubrimos el nombre de Maya, así que sentimos que se trataba de un gran descubrimiento. Hemos hecho otros descubrimientos, pero éste al estar vinculado al nombre de Tutankamón, que tiene un efecto mágico en el público, ha tenido un impacto mayor en nuestras vidas”

http://www.dailymail.co.uk/









La “Resplandeciente” máscara del faraón Tutankamón volvió a su vitrina en el Museo Egipcio tras ocho semanas de restauración


La máscara funeraria de Tutankhamón se exhibe de nuevo en su vitrina del Museo Egipcio de El Cairo tras haber sido restaurada adecuadamente por un equipo de expertos alemanes dirigido por Christian Eckmann y en colaboración con las autoridades egipcias. En esta ocasión Egipto ha ofrecido una imagen de seriedad y profesionalidad, tras la restauración chapucera que se llevó a cabo hace más de un año cuando la barba ornamental se desprendió accidentalmente.
“El proceso de restauración reveló dos nuevos descubrimientos arqueológicos relacionados con la técnica original que se utilizó para concebir la máscara”, explica el Ministerio de Antigüedades de Egipto en un comunicado, en el que recoge las declaraciones del ministro El Damati.
En el interior de la barba ornamental se halló un tubo de oro que fue utilizado para acoplar la pieza a la máscara. También se ha podido conocer el material empleado para fijar la barba a la máscara: cera de abejas, el mismo material utilizado ahora en el proceso de restauración. El equipo de expertos se ha decantado por un producto natural y no por una cola sintética. Asimismo, los restauradores han usado herramientas de madera para no rayar la máscara de oro.
Eldamaty también añadió que se está preparando un estudio científico y un libro que será publicado en breve, donde se aborda todo el proceso de restauración y el estudio científico detallad relacionado con la obra maestra del Faraón de Oro.
En su presentación, el profesor Christian Ekmann, jefe del equipo científico alemán equipo, ha mostrado la técnica utilizada en la eliminación de la resina utilizada en la falsa restauración y que las herramientas que se han utilizado han sido de madera con el fin de no rayar la máscara de oro. También hizo hincapié en que no se han utilizado productos químicos disolventes para quitar el “epoxi” y separar la barba real de la Máscara.


www.theguardian.com
Foto: Nariman El-Mofty / AP Photo / Gtres
Vídeo





El misterio de la momia egipcia que tiene la cabeza llena de tierra

Una investigación acaba de revelar que una momia egipcia de hace 3.200 años tiene tierra en el cráneo.
Los investigadores, que han usado técnicas de tomografía axial computarizada para echar un vistazo al interior de la momia, afirman que es extraña la presencia de lo que parece ser un sedimento oscuro dentro de su cabeza. Y no sólo estaba ese sedimento sin identificar, sino que se han topado también con el cerebro de la persona.
Según la Sociedad de Estudios de la Momia de Ajmim, que se ocupa de los restos de esta persona, los embalsamadores no extrajeron el cerebro y además introdujeron en la cavidad esa materia sin identificar que podría ser tierra, algo que les resulta inédito.
La información se ha difundido mediante un vídeo que se ha grabado mientras se estaba examinando la momia en la facultad de medicina de la universidad estadounidense de Stanford, un centro que ya tiene experiencia en el uso de la tomografía en momias tanto humanas como de cocodrilos.
La momia que ahora se acaba de analizar con esta tecnología avanzada se llama Hatason, aunque los investigadores creen que es un apodo que se le ha dado después de muerta y no el nombre verdadero de la persona momificada. De acuerdo con los datos de la universidad, la momia llegó a la ciudad de San Francisco desde Egipto a finales del siglo XIX y se mostró en una exposición internacional en 1894, para pasar al año siguiente a la colección del Museo De Young.
El cuerpo momificado pertenece actualmente al museo de la Legión de Honor, también de San Francisco. Es probable que la persona que entonces lo vendiera le diera el nombre de Hatason porque recordaba al de la reina Hatshepsut, pero la momia no es de un miembro de la familia real. El ataúd representa a una mujer que lleva el vestido típico de una persona corriente, si bien no está claro si dicho ataúd es el original de la momia, porque en muchos casos los compradores de momias del siglo XIX adquirían por separado la momia y el ataúd a juego que más les gustaba.
Las imágenes obtenidas se están analizando todavía, pero las conclusiones provisionales ya han desvelado detalles curiosos. La momia no llevaba amuletos entre las vendas, sólo una especie de grapa que posiblemente se le puso en uno de los museos para que las vendas no se soltaran. Aunque los vendajes están ajustados a un molde con la silueta de la persona, por dentro los huesos están acumulados en un revoltijo. Habitualmente los investigadores se basan en la pelvis para discernir el sexo, pero la de este cuerpo se ha perdido; no obstante, basándose en el cráneo, creen que se trata de una mujer.
Para la Sociedad de Estudios de la Momia de Ajmim, la circunstancia de que el cerebro no hubiera sido extraído del cráneo hace pensar que la persona viviera durante el Reino Nuevo (entre los siglos XVI y XI a.C.), porque a las momias posteriores siempre se les sacaba el cerebro.
Con todo, parece que en aquel momento se estaba experimentando con las técnicas de embalsamamiento, ya que hasta ahora no se conocían casos en los que se hubiera añadido algún sedimento a un cráneo del que no se hubiera retirado previamente la masa cerebral. Lógicamente, ese tipo de detalles sólo se pueden conocer hoy en día, gracias a tecnologías avanzadas que permiten examinar los cuerpos sin dañarlos.
Los investigadores afirman además que no se conservan demasiadas momias de este periodo concreto, por lo que cada vez que se produce un avance tecnológico se puede obtener más información del material existente y sacar muchas más conclusiones que antes.

www.livescience.com






Llega a Madrid la exposición ‘Cleopatra y la fascinación de Egipto’

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, ha presentado hace unos días ‘Cleopatra y la fascinación de Egipto’, la nueva exposición de la sala Arte Canal que reúne más de 400 piezas arqueológicas procedentes de 80 museos y colecciones españolas e internacionales y que estará abierta al público desde mañana, jueves, y hasta el próximo 8 mayo.
Cifuentes, que ha estado acompañada en su visita por el presidente del Canal de Isabel II, Gestión, Ángel Garrido, la directora de la Oficina de Cultura y Turismo, Anunciada Fernández de Córdova, y el embajador de Egipto en España, ha destacado que esta nueva exposición “reúne divulgación, rigor y calidad y fascinará a todos los que la visiten”.
La muestra, comisariada por los profesores Giovanni Gentili y Martín Almagro – Gorbea, pretende acercar al visitante no sólo al mito sino, también, a la figura y el momento que le tocó vivir. Como eje conductor Cleopatra VII, última reina de Egipto. No una única Cleopatra, sino muchas: la mujer, la soberana, la madre, la amante, la estadista… Tantas como han alimentado su leyenda.
Las más de 400 piezas arqueológicas cobran vida a través de una instalación que muestra una imagen de Egipto y el Nilo como gran cuna civilizadora; de Alejandría, como encrucijada del mestizaje cultural; y de Roma, como receptora de la influencia egipcia en aspectos que abarcan desde la recaudación de impuestos hasta la introducción del culto a Isis.
El diseño expositivo es un cuento ilustrado que se inicia en la explanada exterior del recinto, donde se ha instalado una reproducción a gran tamaño de un gato, el animal más sagrado en la cultura egipcia y por el que sabemos que Cleopatra tenía especial fascinación. En el interior la exposición se divide en ocho ámbitos. Entre las piezas estrella que pueden verse destacan un sarcófago antropomorfo de principios del siglo IV a.C., procedente del Museo de Antropología de la Universidad de Padua; Cleopatra 3un retrato de Cleopatra de John William Waterhouse, de 1887, de colección privada; o la cabeza retrato de Cleopatra VII, de mitad del siglo I a.C., cedida por el Museo de Louvre. Además, también se expone parte del vestuario utilizado por Elizabeth Taylor en la película Cleopatra, de Joseph L. Mankiewicz, estrenada en 1963.





La exposición estará abierta todos los días, en horario de 10.00 a 21.00 horas. El precio de las entradas será de 7 euros la general, 3,5 euros la reducida y gratuita para niños menores de 6 años, desempleados y personas con discapacidad. Además, de viernes a domingo, habrá talleres infantiles gratuitos para niños de entre 3 y 12 años, en los que podrán acercarse a la cultura egipcia a través de la arqueología, la arquitectura y el arte.

Inauguración oficial de la pieza ‘601’ del Museo Egipcio de León

El Palacio de Gaviria destina desde hace semanas una de sus salas principales a acoger el Museo Egipcio de León, que ha fijado en este lugar su ubicación permanente tras abandonar la localidad de La Virgen del Camino.
El sueño de Raúl López y Beatriz Cañas, los impulsores de esta iniciativa, ha subido este martes un nuevo peldaño. Lo ha hecho con la presencia de Basem Saleh, agregado cultural de Egipto y director del Instituto Egipcio de Estudios Islámicos.
Junto a la edil de Cultura y Patrimonio del Ayuntamiento de León y Margarita Torres, han descubierto de forma conmemorativa una ‘pieza de fundación’ mágica y original, datada en el año 300 antes de Cristo, y destinada en su día a ser primera piedra de viviendas y palacios en busca de suerte y fortuna.
Coincidiendo con la inauguración oficial de la pieza ‘601’ del Museo Egipcio, se ha hecho el anuncio de que se podrá estudiar egiptología en León. Estos estudios se podrán realizar de forma inminente con el apoyo de la Universidad de León (el título depende directamente del museo leonés) al encontrarse “muy avanzado” el desarrollo de la titulación. “No hay una fecha en firme para el inicio de estos estudios pero será de forma inminente”.
El nuevo Museo Egipcio de León suma en la actualidad 601 piezas de gran variedad, así como documentos únicos, libros y manuscritos.
Dentro de esta gran colección es posible ver máscaras de sarcófagos, amuletos originales, piezas y esculturas de carácter erótico y sexual, grabados inspirados en el mundo egipcio desde el siglo XVIII hasta la actualidad, esculturas y tallas de madera, fotografías, una colección de documentos de la tumba de Tutankamon o telas coptas.
La pieza más antigua del museo son fósiles de dos millones de años, mientras que la pieza más moderna está datada en 1920 ó 1930, una pieza de art decó inspirada en Egipto.
Los impulsores del museo remarcan la importancia de este tipo de instalaciones que permiten acercar a León una parte de la civilización a la que de otro modo resultaría complicado llegar con similar realismo.

www.leonoticias.com



Raúl López, Margarita Torres y Basem Saleh, en el Museo Egipcio.

¿Se ha desenmascarado a Tutanjamón?

¿Pertenecía la famosa máscara funeraria de oro del rey Tutanjamón en realidad a su madrastra, la reina Nefertiti? Esto es lo que dice sobre este misterio Nicholas Reeves en un artículo que está a punto de publicarse.
Este artículo del egiptólogo británico Nicholas Reeves, de la Universidad estadounidense de Arizona, se publicará en una revista científica en diciembre. Lleva por título “La máscara de oro de Anjjeperurra Neferneferuatón” y en él Reeves relata cómo sus primeras dudas surgieron a raíz de la preparación de otro artículo anterior.
En el artículo actual, Reeves cuenta que, elaborando hace varios años un estudio que aún no ha sido publicado, se propuso probar que la famosa máscara de oro de la tumba del rey niño (KV 62) no había sido creada para el propio rey sino para una figura anterior llamada Anjjeperurra Neferneferuatón (es decir, la reina Nefertiti), cuando ésta era nada menos que corregente de Ajenatón.

Según Reeves, los indicios eran y son de peso, sin que, no obstante, pudiera entonces encontrar inscripción alguna que lo respaldara, ya que el estudio minucioso tanto de la propia máscara como de sus fotografías no le facilitó ninguna pista que apuntara en el sentido de que los jeroglíficos en varias columnas de la máscara fueran anteriores al reino de Tut.
¿Un tesoro de dos caras?
Ahora bien, hoy está convencido de que puede demostrar su tesis, ya que al volver a analizar en El Cairo en setiembre de este año la máscara, que está colocada de otra manera y sometida a otra iluminación, pudo descubrir por primera vez que hay rastros de que se había borrado un nombre real anterior en el espacio en el que hoy figura el nombre de coronación del rey niño.
Gracias a la cooperación del exdirector del Museo y del fotógrafo oficial del mismo, Reeves ha podido obtener una fotografía excepcional de la pieza, que considera todo un palimpsesto, es decir, un manuscrito que revela la existencia de un texto anterior que ha sido borrado deliberadamente.
Dada la relevancia del asunto, Reeves ha tenido interés en compartir su descubrimiento con otros especialistas y recabar su opinión, dado que, aunque estaba convencido de que los primeros signos del texto anterior eran evidentes, le resultaba difícil descifrar los que quedaban más cerca de la línea recta vertical que cierra el óvalo del cartucho. Obtuvo las respuestas de los egiptólogos Ray Johnson (de Chicago) y Marc Gabolde (de Montpellier), a los que agradece sus contribuciones, añadiendo que entre los tres han llegado a la conclusión de que, efectivamente, la máscara fue preparada en un principio para Anjjeperurra Neferneferuatón, tal como Reeves había teorizado inicialmente basándose en otros argumentos.


En el artículo se incluyen dos dibujos del francés Gabolde en los que se ponen de manifiesto los cambios sufridos por el cartucho de la inscripción de la máscara. Representan la inscripción actual (en verde), en la que se adivinan restos de la precedente (en rojo), junto a la inscripción precedente (en amarillo), reconstruida a partir de los restos hoy visibles (en rojo).
Según Reeves, la parte más fácil de identificar del texto borrado son tres patas del escarabajo del signo jpr, ya que no se sitúan exactamente en la misma posición que los del nombre de Tut, porque en el texto original habían dejado espacio para que cupiera otro signo más que por arriba era redondeado, y que no podía ser más que una cruz ansada. Además está lo que se entreveía de los tres trazos del plural y un signo solar muy recalcado. En conjunto, para Reeves, lo que sin duda revelan estos restos, leído de derecha a izquierda, es el nombre de coronación Anjjeperurra.
Reeves explica que existieron dos versiones del nombre de coronación Anjjeperurra: una, con el añadido de un epíteto que hacía mención de Ajenatón, se usaba únicamente para la corregente Neferneferuatón, mientras que la otra, sin epíteto añadido, parece que se utilizó después sólo para el faraón Esmenjkarra. Reeves opina que, por cómo están colocados los primeros trazos de la inscripción, en el texto original de la máscara se usó la primera versión de Anjjeperurra, la que sí iba acompañada del epíteto, y entiende que ello se ve corroborado por la sombra de un jeroglífico rectangular (que puede ser el signo mr, “amado”) y que efectivamente se adivina bajo el signo nb actual.

Sin embargo, a Reeves seguían sin encajarle todas las piezas, porque le parecía que a la izquierda quedaba demasiado poco espacio para que en su día hubiera cabido el epíteto en cualquiera de las formas que conocemos. La solución la aportó Johnson, que se dio cuenta de que el cartucho de Tutanjamón era bastante más corto que el de Neferneferuatón que en su día lucía la máscara, de manera que donde hoy en día figuran los signos verticales mAa jrw (“justo de voz”) de Tutanjamón en su momento lo que había era el final del cartucho de Neferneferuatón.
Lo último que quedaba por averiguar era cómo estaba escrito exactamente el epíteto añadido a Anjjeperurra. Reeves reparó entonces en dos trazos verticales poco profundos (uno largo y otro corto) que se distinguen a la izquierda del signo mr. Cabrían otras posibilidades (por ejemplo, que fuera el signo j de un junco, como sería en el caso del epíteto mr jtn, “amado de Atón”), pero eran epítetos más infrecuentes, así que Reeves supone que lo que había era un signo nfr, que coincidiría con el epíteto mr nfr-jprwra, “amada de Neferjeperurra” (es decir, “amada de Ajenatón”).

www.weekly.ahram.org.




Nuevo sarcófago en la tumba del visir Amenhotep Huy

El sarcófago de Khonsu fn-Ankh, un sumo sacerdote del antiguo dios egipcio Amón Ra, de unos 2700 años de antigüedad, ha sido descubierto en la orilla oeste de Luxor.
El sarcófago, que data del 22 ª dinastía (943B.C-716B.C.,) se ha encontrado en la tumba de Amenhotep-Huy,  virrey y visir de Egipto durante el reinado del faraón Amenhotep III (1,391 AC 1353 aC)
El sarcófago se encuentra en un excelente estado de conservación y posee una rica policromía, que representa escenas del sacerdote adorando a dioses como Osiris, Anubis, Nefertum o la Vaca Hathor. «Es magnífico», dijo Martín Valentín, que al mando de la misión del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto realiza su séptima campaña en Luxor.
Fue durante unas excavaciones en la zona noroccidental del patio de la tumba del visir Amen Hotep Huy donde el pasado día 18 los españoles dieron con el sarcófago de Anj. «Descubrimos que había un hueco de unos dos metros de longitud y encontramos que en la roca madre de la tumba del visir habían excavado un enterramiento antropomorfo», relató Valentín. Levantaron las losas y hallaron el sarcófago.
El ataúd de madera y recubierto de una capa de yeso, está decorado con escritura jeroglífica y representa al sacerdote, contemporáneo del faraón Osorkón, de la XXII dinastía, época de los llamados reyes libios, que presenta una barba trenzada, los brazos cruzados sobre el pecho y porta un collar de flores de papiro que adornan su pecho.
Al parecer, la tumba se reutilizo 500 años después de su construcción, es lo que ha dicho Mahmud Afifi, el jefe del Sector en el Ministerio de Antigüedades, y agregó que el sarcófago está “bien conservado.”
Descubierta en 1978, la tumba de Amenhotep Huy se encuentra en Qurnet Marei, parte de la necrópolis tebana en la orilla oeste de Luxor, el equipo multinacional de arqueólogos dirigido por el Instituto de Estudios del Antiguo Egipto en Madrid ha estado estudiando los elementos arquitectónicos de la tumba desde 2009.
La mayor parte de las escenas en la tumba de Amenhotep Huy representan las actividades de la vida diaria del visir, la agricultura, la caza y la pesca. También cuenta con escenas de músicos y bailarinas y muestra a Huy, entre los miembros de su familia.

www.thecairopost.com







Abren un pequeño “museo egipcio” en el aeropuerto de El Cairo

Un museo que ilustra diferentes épocas de la historia de Egipto a través de una pequeña colección de antigüedades abrió sus puertas la semana pasada en el aeropuerto internacional de El Cairo, con el fin de atraer a los visitantes que llegan al país.
El ministro egipcio de Antigüedades, Mamduh al Damati, y el ministro de Aviación Civil, Hosam Kamal, inauguraron el museo llamado “Transit” (escala), en el que se van a exponer 39 piezas seleccionadas de diferentes museos egipcios.
Según un comunicado del Ministerio de Antigüedades, 21 piezas proceden del gran Museo Egipcio de El Cairo y otras doce del Museo de Arte Islámico, también situado en la capital, además de seis piezas del Museo Copto (cristiano).
“El Museo refleja la riqueza de la historia egipcia, la diversidad de sus antigüedades y los tesoros de su civilización”, señaló la nota, destacando que, después de su paso por este lugar, el visitante va a querer ver otros museos y conocer más de la historia de Egipto.
El pequeño museo estará abierto las 24 horas del día, para que los turistas puedan acceder a él en cualquier momento y “matar” el tiempo si hacen escala en Egipto rumbo a otro destinos, y la entrada costará tres dólares.
El ministro de Aviación Civil destacó la importancia de que todas las instituciones colaboren para que el turismo regrese a Egipto y deseó que este nuevo museo constituya un atractivo.

www.excelsior.com




domingo, 22 de noviembre de 2015

Leopardos, hipopótamos y gatos. ¡Así era el primer "zoo" del mundo!

Entre los viajeros y los historiadores, Egipto tiene una fama inmensa: alberga el Nilo y la arquitectura de varias civilizaciones antiguas, los jeroglíficos, las tumbas de los faraones y sus tesoros. Los turistas tienen la ocasión de visitarlo todo, de las pirámides de Guiza a las luces cegadoras de El Cairo o el oasis de Siwa. Pero cuando se busca otra mirada menos convencional del pasado egipcio aparece también Hieracómpolis, una de las capitales del Alto Egipto en tiempos predinásticos, cuna de la famosa Paleta de Narmer, uno de los primeros documentos políticos de la historia y es sede del primer zoo del mundo. No tiene recintos llenos de monos y felinos, sino sólo los restos de animales de hace 5.000 años.


Situada junto al Nilo y al sur de Luxor, los egipcios la llamaban Nejen, el nombre griego “Hieracómpolis” significa “Ciudad del Halcón”, en referencia al dios de cabeza de halcón Horus. Entra en la historia en torno al año 4000 a.C. y prospera durante medio milenio, convirtiéndose en una de las poblaciones más grandes y animadas del Egipto predinástico antes de la época en que el país quedó unificado bajo la monarquía faraónica. Ocultos bajo el paisaje arenoso que hoy en día ocupa todo yacen miles de vestigios de la sociedad de la época, entre los que están:
-Tinajas enormes de cerámica en las que se elaboraba cerveza (se calculaba que se producían más de 1.000 litros diarios).
-Un centro religioso situado delante de un santuario ornamental.
-Cementerios diferenciados por clase social.
-Órganos embalsamados o bien cuerpos vendados que hacen pensar en los albores de la momificación.
Animales exóticos tales como babuinos fueron enterrados cerca de sus propietarios de alto estatus en el antiguo cementerio egipcio de Hieracómpolis.

Los arqueólogos también han descubierto tumbas llenas de una cerámica exquisitas y máscaras funerarias de la misma calidad, si bien su sorpresa y su entusiasmo fueron aun mayores cuando encontraron por primera vez huesos de animales, y no precisamente de los que quedan después de la cena…
Junto a la crema y nata de la sociedad del lugar se encontraron los huesos de un mandril, un elefante cubierto de productos de belleza (además de una cuenta de amatista y un brazalete de marfil), gran número de gatos y perros, un leopardo, dos cocodrilos, uros (especie bóvida hoy extinta), hipopótamos, gacelas y otros animales. La variedad y abundancia de especies es lo que distingue en este ámbito a Hieracómpolis de todos los demás yacimientos egipcios. Se diría que los animales desempeñaban papeles muy distintos en la Ciudad del Halcón: desde simples mascotas hasta verdaderos lujos, pasando por ofrendas que se cazaban por su poder espiritual para ser sacrificados a los dioses.
A diferencia de lo que vemos en los zoos de hoy en día, los animales que tenía en cautividad la alta sociedad egipcia no es probable que disfrutaran de espacios separados en los que hacer su vida, porque, por ejemplo, los restos de un mandril muestran una mano rota y huesos de los pies sanados sólo en parte, por lo que hay que pensar que tuvieron lugar mientras el animal convivía con sus dueños y quizás se deban a castigos por portarse mal. También se han descubierto los huesos de una cría de hipopótamo con una pata rota y los de un antílope y vacas salvajes con lesiones que probablemente se deben a que estuvieran atados. Ahora bien, con independencia de la suerte que sufrieran en vida, a estos animales se les daba tanto valor que acompañaron a sus dueños al más allá, y algunos nos han llegado envueltos cuidadosamente en tejidos, igual que los seres humanos a los que siguieron hasta la tumba.
En otras zonas del yacimiento se han encontrado muchos más huesos que tampoco responden a las marcas que habitualmente revelan su consumo como alimento. Los de hipopótamo y cocodrilo son muy abundantes, lo que hace pensar en su sacrificio religioso. Ambos animales representaban el poder y el caos del medio fluvial del que Hieracómpolis dependía para sobrevivir pero que, al mismo tiempo, amenazaba a la ciudad en el momento de la inundación anual.
Actuando tanto solos como con perros, los cazadores llevaron a la población hienas rayadas, zorros del desierto, tortugas de caparazón blando, gacelas, alcéfalos, ibis y arruís.

Los trabajadores excavan el esqueleto de un elefante.

Está claro que algunos eran para comer, pero parece que la mayoría eran para sacrificios, con lo que se simbolizaba la toma de control del ser humano sobre el caos natural.
Tal como ha escrito un grupo de investigadores, Hieracómpolis es especial por la cantidad enorme de animales poco frecuentes de gran tamaño y peligrosidad cuya caza parece que suponía un esfuerzo descomunal, y todo ello no puede de ninguna manera explicarse aludiendo a que se tratara de un simple matadero o un lugar de banquetes para las élites.
Aunque nuestra relación con los animales salvajes haya cambiado, es tentador interpretar desde nuestro mundo la fascinación que sentían los antiguos egipcios por los animales y llegar a la conclusión de que había mucha más crueldad que cariño y de que se trataba de un deseo por poseer que no tiene nada que ver con la obsesión por las mascotas bellas y dóciles de hoy.
La realidad es que los animales tenían un lugar mucho más relevante en su sociedad y que de los casi 800 jeroglíficos clásicos unos 200 son animales, al igual que cada dios se reflejaba en uno de ellos. Para los antiguos egipcios, los animales no eran seres inferiores que requirieran protección o humanización, sino que ostentaban gran poder y tenían una influencia evidente en la marcha del mundo. El sacrificio de un animal no se veía como una transgresión sino como que posibilitaba que el animal se erigiera en intermediario entre los dioses y los seres humanos.
Con independencia de si se encerraban en casas de fieras, se sacrificaban para dominar a la naturaleza o se enterraban con sus dueños, los animales eran un elemento esencial de la vida en Hieracómpolis, y si nos limitamos a pensar que los antiguos humanizaban en sus dioses a las especies animales estaremos pasando por alto el contexto más complejo de la relación que tenían con ellos.
Bajo la dirección del Dr. Renee Friedman un equipo multinacional está ayudando a excavar, conservar, analizar e investigar el lugar del desierto de Hieracómpolis.
 
Un león jeroglífico

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